lunes, 7 de enero de 2013

1.- Los discursos del arte


Todos los días nos enfrentamos a objetos físicos y situaciones a los que, independientemente de nuestro nivel económico o cultural, les otorgamos diferentes valores y significados. Al mismo tiempo, dicho entorno tiende a privilegiar lo práctico y lo inmediato como el mejor criterio de evaluación de la realidad, por lo que es de esperar que, para algunas personas, todo objeto debe necesariamente reflejar su utilidad.  

     A nivel histórico y social, nuestro contexto nos ha permitido desarrollar cierta sensibilidad frente a los objetos, es decir, si bien la elección del lugar que habitamos, lo que vestimos y escuchamos implica criterios de tipo funcional y práctico, resulta innegable cierta cuestión de gusto: procuramos rodearnos de aquello que nos resulte agradable. 
 
     Dichos objetos, los "agradables" (o también considerados "estéticos"), rebasan la utilidad práctica y poseen un valor identitario: reflejan lo que somos y hemos sido, dándonos  referentes tangibles de nuestra memoria. 

 Cerámica griega.

Así, podemos entender nuestro entorno familiar como un criterio instituido por nuestra cultura para establecer vínculos emocionales, es decir, los diferentes aspectos que nos rodean son elementos a partir de los cuales podemos definir nuestra personalidad.


El campo del arte nos ayuda a comprender cómo algunas personas construyen, a partir de éste, su identidad y entorno por lo que adquirir una educación formal de esta actividad aporta elementos para el desarrollo de nuestra propia sensibilidad. Así, y si bien todo proceso social implica el desenvolvimiento de la capacidad intelectual, resulta innegable la importancia de desarrollar nuestra propia sensibilidad.

     Sumado a esto, debe considerarse que vivimos en una cultura de la imagen en la que prácticamente todo es fácilmente reproducible: nuestra experiencia de las cosas pasa por lo visual, las imágenes que nos rodean no presentan un orden preciso, es decir, pertenecen a campos tan diversos como la publicidad, los medios de comunicación o el arte por lo que cada vez resulta más difícil distinguir entre algo que tradicionalmente se le llamaba "culto" y de lo "popular" o del mero "espectáculo de las masas" como por ejemplo:



Esta sobreabundancia de imágenes plantea ciertas características:  si bien su consumo (y el de los objetos artísticos) ha dejado de ser exclusivo de las elites, suele pensarse que leer las imágenes es algo muy sencillo -incluso más que el lenguaje escrito- y que podemos "dominarlas" con una simple mirada pues "todo está ahí para ser observado sin exigir ningún orden de lectura".

     Pero esto no necesariamente es así; de hecho, en una cultura marcada por la ausencia de jerarquías visuales resulta fácil ser manipulado por quienes generen la cultura o las imágenes. Puede decirse incluso que algunas imágenes incluso encierran más de una lectura. Un ejemplo claro de esto sería la siguiente imagen:


Esta imagen permite plantear diferentes preguntas. Una de las principales sería: 

¿Qué es esto?
Pregunta que admite diferentes respuestas:
  • Una pintura
  • Una mujer
  • Una sonrisa
  • Una reproducción
     Al margen de estas respuestas hay que considerar que dicha imagen representa una de las obras más importantes del arte clásico de Occidente. Así, el tema del arte no resulta sencillo en tanto pues, al ser uno de los espacios sociales más dinámicos, integra actividades como las humanidades, la tecnología, la religión, la historia, la política, la filosofía, etc. lo que les da a las obras una sobrecarga interpretativa que impide reducirlas a un único ámbito de conocimiento. 

    Así, uno de los principales rasgos de este tipo de imágenes es su capacidad para construir mundos nuevos, distintos del que nos rodea cotidianamente. Al mismo tiempo reflejan una necesidad (nunca satisfecha del todo) por expresar emociones e ideas y generar una respuesta emotiva en quien las recibe. 
    
     No es extraño entonces que para estudiar el campo del arte se sugiera revisar al menos las siguientes 3 esferas -y sus intereses-:
  • El de los medios masivos de comunicación. Marcado el ocio y la rentabilidad, no pertenece a una institución relacionada con la educación, por lo que reduce el arte al mero entretenimiento decorativo que sólo busca la promoción del consumo. Sus contenidos terminan por banalizar los contenidos, por ejemplo, la tragedia se vuelve telenovelas, de tal forma que su lectura del arte resulta conservadora al reducirlo (como en el siglo XVIII) a la pintura, la escultura figurativa y la danza clásica, formas que, si bien son interesantes, resultan históricamente rebasadas.
Así, la lectura del arte en los medios masivos resulta conservadora al banalizar los contenidos, promover cierta comodidad intelectual que anula toda crítica, y volver al artista un ser "genial" destinado o a la bohemia, o al sufrimiento evitando así toda explicación histórica de la realidad y reduciéndola a su simplificación estereotipada. 


  • El de la Academia. En el que hallamos investigadores, docentes y críticos que buscan no una rentabilidad inmediata sino la construcción argumentada del conocimiento. Integra la enseñanza de la Estética y el arte así como el análisis de los vínculos entre un creador y los artistas que le anteceden, su lenguaje artístico.

  • El campo de los artistas. Interesados en desarrollar su propia labor y fijar su postura -generalmente recurriendo a los manifiestos- ante las tradiciones a las que pertenecen. Exigen un público especializado y pueden representar momentos históricos de ruptura.
  •  



De esta manera estudiar este tipo de imágenes vuelve más rica la realidad en tanto permite aprender algunos principios de cómo funciona el lenguaje visual, ayuda a volvernos más críticos frente a nuestro entorno visual. El campo del arte y el estudio de las imágenes obliga entonces a considerar 2 cuestiones:
  • A alguien que al producir su obra no se limita a observar pasivamente su entorno: busca modificarlo de manera consciente.   
  • A quien, aprendiendo a leer las imágenes, adquiere un carácter más crítico de su realidad.
De hecho, una característica concreta del arte es su capacidad de romper con las ideas generalizadas, ya sea cuestionándolas, interviniéndolas o satirizándolas, etc. Así, si todos los días podemos encontrarnos con diferentes estereotipos trillados como este:


 
También es posible encontrar trabajos más críticos y cercanos a la idea de la construcción de la subjetividad:


En conclusión, es posible encontrar en nuestro entorno diferentes imágenes a partir de los cuales es posible desarrollar nuestra propia sensibilidad y subjetividad. El no contar con las herramientas críticas que nos proporciona la educación puede generar resultados en los que una persona que reduce su educación a los medios de comunicación masiva terminará por hacer suya la visión de la realidad que estos le presentan.




  • Enciclopedia de conocimientos fundamentales. UNAM-Siglo XXI. Tomo 2, México, 2010
  • Jiménez, José. Teoría del arte. Ed. Tecnos-Alianza Editorial, España, 2003

No hay comentarios:

Publicar un comentario